Por Elena Torres
Me ha tocado ser espectadora, desde el exterior, de todo el trabajo que se realiza en Vívaro, desde su búnker en Monterrey.
He sido testigo de la pasión y el compromiso con el que cada uno de sus colaboradores desempeñan todas aquellas responsabilidades que les han confiado quienes encabezan sus áreas de trabajo.
A lo largo de 23 años de carrera periodística, pocas veces tuve la oportunidad de trabajar alguna nota del tema de negocios.
Hacía todos esos años que no había tenido oportunidad de trabajar -directa o indirectamente- en la iniciativa privada, así que además de reencontrarme en un ámbito hace mucho tiempo no explorado, me encuentro con que Vívaro se ha encargado de poner en alto el nombre no solo de nuestro estado, sino del país, ¡en cada rincón del orbe!
Su emblemático edificio, en el que cientos de profesionales trabajan todos los días, me daba una muy vaga idea de a lo que podrían dedicarse, pero -sinceramente- muy alejada de la realidad.
A lo largo de casi 10 meses de colaboración externa para esta empresa, no termino de aprender y de sorprenderme de sus alcances y sus logros.
El hacer posible la realización de grandes eventos internacionales, de esos que pasan a formar parte de la historia de los deportes, los espectáculos y acontecimientos, va más allá de las horas en las que millones de almas de todo el mundo hayan podido ser testigos de ellos, gracias al esfuerzo, la dedicación y el profesionalismo del staff de Vívaro.
Más bien, todo ello se percibe, entiende y reflexiona, como una de las páginas más importantes de la historia de la humanidad y la tecnología. Y, detrás de todo eso, estuvo ni más ni menos, que Vívaro y la capacidad de sus expertos.
Es realmente fascinante ver desde esta trinchera el gran compromiso que tú, que estás leyendo estas líneas, le pones a tu trabajo. ¡Muchas felicidades a todo el equipo! Siéntanse orgullosos, sin duda, están realizando un extraordinario y admirable trabajo.
