Por Julio Salinas
Tengo dos meses como miembro de la familia Vívaro.
Desde fuera de la organización, se sabe poco de la empresa. Pero lo que se sabe, es muy positivo. Por ejemplo, empieza a saberse que Vívaro era Marcatel. Y que Marcatel ha sido una empresa resistente y visionaria. Hizo lo que ninguna de sus competidoras pudo. Superó condiciones desiguales de competencia. Se enfrentó al incumbente. Y ganó.
Se diversificó a tiempo, incursionó en mercados internacionales, se volvió el primer corporativo en participar en la industria de los videojuegos. Y, millones de aficionados se han sumado a la experiencia del esport a través de Vívaro.
Sé que esto no es nuevo para nadie dentro de la empresa, pero sí lo es para mucha gente afuera.
Vívaro no es una “sobreviviente” que superó adversidades que ocasionaron la desaparición de otras. Es mucho más que eso. Vívaro es resiliente, combina de modo virtuoso experiencia y juventud. Es noble, juega derecho, administra sus palabras y promesas. Es una organización que dice las cosas de frente. Se codea con grandes jugadores, ella también lo es. Su gente es trabajadora, talentosa, íntegra y propositiva.
Todo eso vale la pena contarlo. Como decimos en México, queremos “cacaraquearlo”, es decir, comunicarlo a todos los grupos de interés a quienes nos complazca tener cerca.
Te invito a que busquemos la forma de comunicar lo que hacemos. Tenemos mucho qué presumir. Y no es por ser arrogantes, sino porque el mercado merece saber quién es Vívaro. En mi opinión, el más sólido.
