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TALENT BEHIND THE DESK NINFA ROMERO: THE ART OF REINVENTION 

Nos da mucho gusto compartirte la historia de nuestro compañero Adrián Juárez, quien forma parte del equipo administrativo de Liga ACE.  

Adrián enfocó su carrera profesional al área de Recursos Humanos y cuenta con una maestría en Calidad y Productividad en los Negocios. 

Pero, más allá de esto, no descuida una de sus principales pasiones.  Él mismo nos la comparte en este espacio. ¡No te lo pierdas!  

La música: mi refugio y mi voz 

Desde niño, la música ha sido parte de mi esencia. Recuerdo cuando mi mamá me grababa en cassettes; eran momentos simples, pero muy significativos.  

Con los años, lo que empezó como un juego se transformó en algo más serio. Tomé clases de canto, participé en grupos musicales, y descubrí que esta pasión merecía un espacio más importante en mi vida. 

Hoy, formo parte de $#%@ Rabbitz, una banda de rock en español e inglés que comparto con tres amigos. Aunque el camino no es sencillo, la dedicación nos mantiene fuertes.  

Ensayamos cada jueves, unas tres horas, pero también preparamos individualmente las canciones para seguir avanzando. Nos proponemos sacar un tema nuevo cada dos semanas, un pequeño reto que disfrutamos mucho. 

Mi inspiración proviene de grandes artistas como John Lennon, Paul McCartney, Thom Yorke, Gustavo Cerati, Rubén Albarrán, Damon Albarn, entre otros. Cada uno, a su manera, me ha dejado enseñanzas sobre el poder de la música y la conexión que puede generar.  

Aunque no toco un instrumento –aún–, tengo el sueño de aprender teclado algún día. Lo que me impulsa es el amor por cantar, el escucharme, corregirme y sentir que crezco constantemente. 

Ser parte de una banda local tiene sus desafíos. Conseguir escenarios para tocar es más accesible hoy en día, pero sigue siendo difícil convertirlo en algo económicamente sostenible. Por eso, lo vivimos como un hobbie y una pasión, algo que nos llena el alma más allá de cualquier compensación material. 

En mi trabajo, no hay una conexión directa con la música, pero cada vez que tengo oportunidad, canto. Reuniones, convivencias o cualquier momento que lo permita se convierten en mi pequeño escenario. Ese espacio me hace sentir vivo, me acerca a mis compañeros y refuerza esta idea: siempre hay tiempo para hacer lo que amas. 

La música no solo me da energía, también me enseña. Y creo firmemente que, aunque parezca un camino secundario, siempre hay una manera de integrar nuestras pasiones en la vida diaria. La clave está en no dejar de cantar, de soñar y de compartir lo que llevamos dentro.

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